La arquitectura colonial se refiere a la época en la que los españoles colonizaron a la “Provincia de la Nueva Granada” con el soldado, aventurero o el buscador de fortuna español que con su ímpetu explorador pasaron a ser colonizadores, transformándose en hacendados, agricultores, artesanos o comerciantes. En esta época adoptaron viviendas indígenas como refugios temporales e hicieron calles y plazas de los pueblos y ciudades europeos, y casas urbanas o de campo, utilizando principios constructivos y tipológicos de la metrópoli, adaptándose más o menos a las condiciones del lugar y a su función en un medio natura, social y económico diferente.

Para construir las casas utilizaron materiales locales que hallaron a mano y apelaron a la memoria técnica y anímica para crear su nuevo hábitat. Fueron construidas con tapia y bahareque, alrededor de los patios, tenían techos altos, cubiertos con tejas de barro que se complementaban con enormes puertas y ventanas en madera calada, decoradas con hierro y vidrio.

Las casas coloniales fueron creadas en otro mundo, en otras vidas, en otros pensamientos y significados y se construyeron para un sistema social y unos criterios existenciales en gran medida inexistentes hoy. Ocuparon tradicionalmente un lugar modesto entre las posesiones de los pobladores españoles de la Nueva Granada.

Las plazas, las fuentes y los templos eran el núcleo de los poblados. Los parques eran clave para el desarrollo de la vida social y comercial.

Muchas de estas casas en Colombia existen hoy en día como patrimonio monumental y la mayoría plantean problemas de toda índole para su uso y conservación. Únicamente subsisten entre un 20 y 25% de las viviendas construidas entre mediados del siglo XVI y el comienzo del XIX.

Estas casas coloniales fueron ampliadas y subdivididas una y otra vez, perdiendo así su organización espacial original ante un fenómeno socio – económico para el cual no estaba pensada o construida, es decir, la casa colonial no podía ser evolutiva, ni permitía pensar en continuidades arquitectónicas a través del tiempo.

Las características de esta arquitectura son:

  • Está marcada con una economía de subsistencia, donde la explotación del oro y la plata no jugaron el papel importante que tuvo en México o Perú.
  • Sobriedad de las fachadas de las catedrales de Santa Fe de Bogotá, Popayán o Cartagena.
  • Trazado común, conformado por manzanas cuadradas organizadas en una cuadrícula.
  • El centro era la plaza mayor, alrededor se construyeron los templos católicos y demás edificios del poder religioso y civil. Las casas de los conquistadores y las demás personas se ubicaban sobre la plaza o en las manzanas adyacentes, alejándose de la plaza según descendieran en rango e importancia.
  • A las poblaciones nuevas se les fijaban términos y jurisdicción, que era el territorio bajo su control fiscal y político.
  • Pobladores debían reservar tierras para la Corona y disponían de ellas para futuras concesiones.

Algunas ciudades de Colombia que aún conservan casas de la época de la colonia son:

  • Mompox: ubicada en el Caribe colombiano, al sur del departamento de Bolívar. El centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Las iglesias, fuentes, calles y plazas se conservan como referentes de la arquitectura colonial. Sus construcciones tienen una fuerte influencia sevillana.
  • Santa Fé de Antioquia: está ubicada en el occidente del departamento y fue declarada Monumento Nacional en 1960. Tiene una fuerte influencia religiosa y militar, tiene siete templos que se expanden a lo largo de zonas urbanas y rurales, decenas de monumentos, museos, parques y plazas. Sus calles son empedradas, los ladrillos exhibidos, las paredes de tapia y bahareque, relatan la supervivencia de una arquitectura colonial.
  • Barichara: está ubicada en la provincia de Guanentá en Santander y fue declarada Monumento Nacional. El insumo de las edificaciones de la ciudad es la piedra amarilla, las calles son empedradas y los techos cubiertos por tejas de barro. Su característica montañosa permite apreciar la uniformidad de las edificaciones y el trazado de las calles.
  • Popayán: las salas en la casa coloniales eran el primer aposento y allí se recibían a las visitas, el estrado era un espacio amoblado con alfombras y cojines que estaba reservado para oficios femeninos, la cocina estaba conectada con la calle y próxima a la despensa y al troje – los depósitos y los víveres, en la huerta había corrales para aves y espacio para las bestias. Eran casas con bahareque y tapia, tachadas con paja sobre una estructura de madera.
  • Cartagena de Indias: declarada Patrimonio de la Humanidad y es una de las ciudades amuralladas más hermosas de Colombia.
  • Guatavita: cercano a Bogotá y en este lugar se ambienta gran parte de la Leyenda de El Dorado.

Se podría concluir que la arquitectura de esta época era como un mestizaje artístico con influencia de la corona en la estética neogranadina. Estaban ubicadas en clima frío o cálido y eran de una planta la mayoría de casas y muy pocas eran de dos plantas. Finalmente, se podría concluir también que en la arquitectura colonial habían varios tipos de casas: casas altas e intermedias que eran pertenecientes a las familias más adineradas y se localizaban en el centro de la ciudad, las casas bajas que eran ocupadas por las personas de menores recursos económicos y se ubicaban en sectores alejados de las plazas y las casas altas de dos pisos con entresuelos que eran destinadas la mayoría de veces el primer piso al comercio y depósitos y el entresuelo era utilizado como almacenamiento de productos que debían estar aislados del terrenos para protegerlos de la humedad y en el segundo piso estaba el salón principal y las habitaciones de los dueños de la casa.