Cuando se habla de arquitectura colombiana quiere decir arquitectura construida en territorio colombiano y encontramos que ha tenido multitud de influencias y manifestaciones, principalmente por la arquitectura de España, durante la época de colonización española en Colombia.
La arquitectura en nuestro país empieza con los asentamientos más antiguos que datan de algo más de once mil años. Se encuentran en los abrigos rocosos al borde occidental de la Sabana de Bogotá. Estos fueron reconocidos por la arqueología.
En este territorio no hubo arquitectura propiamente dicha, el espacio habitable lo ofreció la topografía misma. Más adelante, se encontraron vestigios de asentamientos en la misma Sabana y en la Costa Caribe y se advierten huellas de edificaciones primarias. para aparecer núcleos poblados y una arquitectura más consolidada, tardarían siglos.
La construcción histórica de la arquitectura colombiana se ha dividido en cuatro grandes periodos:
- Prehispánico: periodo anterior al inicio del siglo XVI y su fin se marca por el arribo de los conquistadores europeos y su posterior ocupación del territorio.
- Colonial: comprende los tres siglos de dominación española y finaliza en 1819 con el triunfo patriota y la constitución de la República de Colombia. Se caracterizó por la parte religiosa y militar.
- Republicano: concluye alrededor de 1930 cuando se inicia un último período.
- Transición (1930 – 1945)
- Moderno: se da entre 1945 y 1970.
- Actual: desde 1970 hasta el presente.
Cada periodo se relaciona con los procesos de poblamiento y ocupación del territorio sucedidos a lo largo del tiempo. El poblamiento indígena, previo a la conquista española, ocupa buena parte de la región andina y las llanuras del Caribe y de él quedan vestigios arquitectónicos significativos como los de Tumaco, San Agustin, Tierradentro, Pueblito y Ciudad Perdida. La llegada de los españoles dio inicio a un segundo proceso de poblamiento y se ocupan nuevos espacios y se deshabitan otros. Con este periodo llegaron nuevas maneras de hacer arquitectura que corresponden a los nuevos modos de habitar implantados en el territorio. Tres siglos después, la ocupación territorial se caracterizó por el poblamiento de las vertientes cordilleranas que se encontraban despobladas o poco pobladas. Aquí se inicia el desprendimiento de la tradición colonial y se establecen nuevos modos de hacer arquitectura.
Con la modernización, los procesos de ocupación territoriales se caracterizaron por el incremento de nuevos núcleos urbanos en los territorios nacionales y por nuevos frentes de colonización de llanuras y áreas selváticas. También fue un periodo de urbanización del territorio, entendida como el incremento de la población que habita en los centros urbanos y que actualmente alcanza un porcentaje cercano al 80% del total de la nueva población del país. Se implantaron y desarrollaron modelos urbanos y tipos de edificación distintos de todo aquello que se había formado a lo largo de los siglos precedentes.
Hoy en día nuestra arquitectura ha provocado un alto interés a nivel internacional, no solo por la calidad arquitectónica, sino por su capacidad de generar una transformación social mejorando el tejido urbano a través de la arquitectura pública.
En ciudades como Bogotá y Medellín se ha recuperado la confianza en lo público a través de la arquitectura que se integre al contexto social, económico, espacial, geográfico y perceptual.
A través de concursos públicos y la gestión de municipios, le apostaron a que los arquitectos jóvenes tuvieran la oportunidad de ser los responsables del mejoramiento de entornos urbanos decaídos con una construcción de ciudades desde la acción social.